Cuando los arquitectos y científicos imaginan...

When artists and scientist start imaging...

La imaginación e inventiva son tan importantes para el que desea ser científico-investigador como para aquel que desea convertirse en arquitecto. Desde un punto de vista estrictamente artístico, todo está permitido (tanto para científicos como para arquitectos); sin embargo, en un planeta donde los recursos son limitados
, la contribución efectiva de cada individuo es muy importante para construir una civilización sostenible; en otras palabras, soñar es bueno pero tener sentido práctico es igual o más importante. Pero eso es solamente un punto de vista. Al intentar juzgar lo que muestro a continuación, con una mente amplia (como sugiere mi querido primo), la pregunta que no me atrevo a responder ¿hasta que punto es permitido soñar en el mundo real?

Empecemos por los arquitectos. Sin duda, estos profesionales son insustituibles durante la creación de obras civiles. Ellos son responsables de integrar y armonizar, el medio natural con los bloques artificiales sin vida, y luego el ser humano con el entorno armonizado, con el objeto de entregar al ser dominante, un medio que le permita desarrollar sus capacidades al máximo. De esta manera, estos artistas de la construcción han otorgado grandes obras a nuestra humanidad (e.g., Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, en Barcelona, por el mundialmente famoso arquitecto catalán Antoni Gaudí); sin embargo, en un planeta que demanda la armonización del ser humano con su entorno como medio de supervivencia de la civilización (eficiencia energética), al parecer su rol no está bien entendido. Con el científico ocurre exactamente lo mismo: Tiene la libertad de crear, pero tiene la obligación de avanzar. Nuevamente, estableciendo primero mi respeto por estos profesionales, les muestro dos ejemplos que ilustran lo que ocurre cuando se dá rienda suelta a la imaginación.

1. Criterio puramente arístico. Criterio práctico: bastante discutible.

• El interesantísimo blog amigo Ingeniería en la Red recopiló los dos ejemplos a continuación. Parece broma, pero de acuerdo a esta fuente, es en serio.

"Cuando un arquitecto imagina una obra hidráulica" (Ingeniería en la Red)

Competición: Rascacielos 2011 (US); Obra (ganadora!!!): Re-imaginando la Presa Hoover; Autor: Yheu-Shen Chua (UK).

"Cuando un arquitecto imagina un puente" (Ingeniería en la Red)
Competición: Puentes China; Autor: Denton Corker Marshall. De acuerdo a la fuente, el concurso fue declarado desierto.

PD. Les sugiero visitar dos links adicionales de Ingeniería en la Red:- Cuando los arquitectos imaginan las centrales hidroeléctricas.
- Cuando los arquitectos imaginan un rascacielos junto a la Presa Hoover.

• "Vía balcón". La foto superior del puente en China, me recordó esta obra, que observé en una visita a una ciudad en Latinoamérica. Tiene el estilo de una autopista elevada, aunque sea una vía peatonal. Probablemente tenga un sentido artístico, pero considerando la embergadura demandada por su estructura, asumo que el costo-beneficio es discutible.

Aunque las obras son irracionales desde el punto de vista ingenieril (ej. el puente chino me parece que es el camino que dejaba el correcaminos cuando escapaba del coyote), y hasta merecen ser incluídos en una viñeta de Quino, seguramente tienen un valor arquitectónico y artístico. Luego, al dejar de lado el sentido práctico que encasilla (ya a veces limita) a los ingenieros, la pregunta continúa, ¿cual es la línea que define cuánto se puede hacer y cuánto no? ...y continúa con el siguiente ejemplo:

2. Ciencia para reir, y luego para pensar: Premios "innoble", Investigación no-probable, pero real.

¿Un ejemplo? Premio en Medicina 2011, otorgado a Tuk et al., por demostrar que la gente toma mejores decisiones acerca algunas cosas pero peores decisiones acerca de otras, cuando se tiene enormes ganas de ir al baño.

Referencia: "The Effect of Acute Increase in Urge to Void on Cognitive Function in Healthy Adults," Matthew S. Lewis, Peter J. Snyder, Robert H. Pietrzak, David Darby, Robert A. Feldman, Paul T. Maruff, Neurology and Urodynamics, vol. 30, no. 1, January 2011, pp. 183-7.

Conclusión.- No pude responder la pregunta que inicialmente planteé. Mi espíritu ingenieril me lo impide.

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